Las patologías en edificaciones hacen referencia a las lesiones o deterioros que sufren los materiales o estructuras de los edificios y cuya aparición puede tener origen diverso: origen medioambiental en relación a las condiciones climatológicas, origen químico porque en su formación intervienen procesos químicos e incluso origen físico como en el caso de aparición de grietas, fisuras, deformaciones o desprendimientos.
A este respecto, la Fundación MUSAAT ha presentado recientemente el III Estudio Estadístico Nacional sobre Patologías en Edificación en el que se concluye que las patologías en edificación más frecuentes son las humedades y filtraciones, seguidas de los defectos de acabado, el desprendimiento o levantamiento o rotura de piezas, las fisuras de origen estructural y las de origen constructivo, y los atascos y/o mal funcionamiento de las instalaciones, siendo los edificios en altura los que presentan la mayor parte de estas.
Esta investigación, se basa en el estudio de 6.536 expedientes de siniestros por patologías en edificación con reclamación judicial interpuesta entre los años 2008 y 2017 y en ella se analizan y categorizan un total de 34.873 procesos patológicos lo que supone una muestra bastante representativa de la situación actual de nuestra edificación.
Informe de Evaluación de Edificios
Dejando a un lado los datos del informe, lo cierto es que, la mayor parte de patologías en edificaciones suelen detectarse en el momento en el que se realiza el Informe de Evaluación de Edificios (IEE); un examen o revisión obligatoria a la que deben someterse todos los edificios de cierta antigüedad.
Esta evaluación incluye la recogida de información sobre la eficiencia energética y la accesibilidad de acuerdo con la normativa vigente. En ella se realiza la toma de datos de la envolvente del edificio y de sus instalaciones al objeto de certificar la eficiencia energética del edificio y el cumplimiento de las condiciones básicas de accesibilidad universal y no discriminación de las personas con discapacidad para el acceso y utilización del edificio estableciendo si el edificio es susceptible o no de realizar ajustes razonables para satisfacerlas
Con esta inspección, además de verificar que el nivel de seguridad tanto del edificio como de las personas que lo habitan es el adecuado, se asegura que los propietarios de las viviendas de un edificio cumplan con su deber de conservación y rehabilitación.
La fachada ventilada; un sistema que evita la condensación y las humedades
Con frecuencia, y en sintonía con los datos del informe sobre patologías en edificaciones, las humedades suelen ser uno de los motivos principales para la emisión de Informes de Evaluación de Edificios desfavorables ya que afectan directamente a los niveles de salubridad y habitabilidad de las viviendas.
Una de las principales causas de la aparición de humedad en la vivienda es por filtraciones de agua por fachadas y cubiertas, siendo las fachadas revestidas y las fachadas de ladrillo caravista las que son más proclives a la aparición de este tipo de defectos en la construcción.
Otro tipo de patologías muy frecuentes se generan cuando una zona interior del muro de una vivienda se queda “frio” y existe cierto nivel de humedad relativa interior y de temperatura; aparecerá una humedad por condensación que origina la aparición de hongos (manchas marrones y negras). El revestimiento completo del edificio mediante aislantes térmicos hace que se eliminen los puentes térmicos (zonas frías). Los puentes térmicos son discontinuidades en el sistema constructivo, y por lo tanto discontinuidades en los aislantes térmicos, que tantos problemas de condensación generan.
Para evitar todas estas patologías se puede realizar la rehabilitación del edificio mediante fachadas ventiladas. Se trata de un tipo de cerramiento exterior compuesto por tres elementos: el muro exterior del propio edificio, una capa de aislamiento sobrepuesta y una lámina rígida no estanca, que se fija al muro a modo de piel exterior mediante un sistema de anclajes. Esta estructura permite alojar una cámara entre la pared de la fachada y el revestimiento exterior por la que circula el aire de manera continua.
Fachada ventilada; menor número de patologías en edificaciones que otros sistemas
En la actualidad, la fachada ventilada ha demostrado ser uno de los sistemas que confieren mejor comportamiento al cerramiento de los edificios. El número de patologías de este sistema no sólo es muy inferior al del resto de soluciones, sino que, además, tanto en obra nueva como en rehabilitación de edificios es una solución que aporta diversas ventajas:
- Ofrece elevadas prestaciones en cuanto a la eficiencia energética de los edificios. Que el edificio sea más eficiente hace que los usuarios del mismo tengan que gastar mucho menos en calefacción y refrigeración.
- Ofrece un óptimo comportamiento acústico
- Ofrece además un excelente comportamiento ya que protege la fachada contra fenómenos climáticos como la lluvia, el viento e incluso contra la polución.
Por último, no debemos olvidar que el sistema de fachada ventilada ofrece infinitas posibilidades estéticas y creativas a la hora de proyectar o rehabilitar un edificio. Este sistema nos permite elegir entre diversos materiales, dimensiones y formas. Desde piedra natural, cerámica extruida, composites o incluso hormigón polímero.
La fachada ventilada es un sistema que, aunque a priori, exija una inversión más elevada, su retorno se producirá en un plazo relativamente corto de tiempo si tenemos en cuenta que incrementaremos de forma considerable el valor de mercado de la vivienda o edificio, se reducirán los gastos de mantenimiento del inmueble y se traducirá en una disminución considerable del consumo energético.